Resulta curioso el radical giro en la carrera de Liam Neeson durante la última década. Quien en los 90 era un estupendo intérprete de perfil dramático, ayudado por su poderosa presencia en pantalla, desde el inesperado éxito de “Venganza” se ha dejado encasillar en películas de acción de ajustado presupuesto y temática similar. De trabajar con Spielberg, Woody Allen o Scorsese a convertirse en el Charles Bronson de nuestros días, el nuevo vengador del siglo XXI.
¿Y para qué cambiar?, así que “Venganza bajo cero” se ciñe fielmente al perfil de su reciente filmografía. Y funciona…
Este remake de “Uno tras otro”, film noruego de 2014, juega sus bazas desde la honestidad y la conciencia de sus limitaciones. No intenta una novedosa estructura narrativa pero sabe jugar sus cartas. Todo nos resulta familiar, pero no irrita porque aporta un ritmo que la hace tremendamente disfrutable sin dar tiempo al espectador a plantearse cualquier tipo de prejuicio.
Es de alabar el intento de profundizar en los personajes y sus motivaciones, huyendo de la unidimensionalidad y dotándolos de alma en busca de la empatía del público. Su ácida manera de entender la acción se agradece, convirtiendo el film en un festival del género que roza el sinsentido sin caer en él.
Pero, por supuesto, la salsa de esta propuesta es Liam Neeson. Camino de los setenta sigue resultando creíble en este tipo de papeles. No despliega su enorme capacidad actoral, pero ofrece lo suficiente para humanizar a su personaje. Además, en las escenas de acción cumple con creces.
No estamos ante una película que vaya a revolucionar el género, pero este film con alma de serie “B” me recuerda a aquellos inolvidables títulos de video club que me hicieron amar el cine allá por los 80…
Andrés Martín
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