Hace tres años la primera entrega se convirtió en uno de los éxitos sorpresa de la temporada gracias a su imaginativa propuesta y buenas dosis de acción. Lástima que no la supieron terminar para que el resultado fuera redondo. Pero ahora nos encontramos con una secuela que solo tiene sentido por la búsqueda fácil del dólar, adulterando todo lo que hizo interesante a su precedente.
Aquí ya no existe el factor sorpresa y se nota desde el mismo inicio. Somos testigos de las andanzas de unos personajes que, cuales estrellas del rock, están pagados de sí mismos y cuya pomposidad llega a aburrir e irritar.
Nada funciona en este film, el ritmo narrativo es tedioso y rutinario y el guión refleja una inquietante falta de imaginación. Además vemos con estupor como dos enormes actores –Freeman y Caine- realizan asépticamente un trabajo meramente alimenticio y no salimos de nuestro asombro con los villanos de la función.
Daniel Radcliffe, que todavía sigue estigmatizado por Harry Potter, no inquieta como malo y solo consigue provocarnos el sonrojo en cada una de sus intervenciones. Pero lo verdaderamente ridículo de la función es ver a Woody Harrelson en un doble papel, metiéndose en la piel de un malo de pacotilla cuyo doblaje en nuestro país recuerda al villano de “Austin Powers”. Ver para creer…
“Ahora me ves 2” es uno de los engaños –y no precisamente fruto de la magia- más odiosos llegados de esa industria de Hollywood que no para de crear secuelas ante una evidente falta de imaginación. Este engendro carente de gracia es una auténtica tomadura de pelo que, de manera ladina, le saca el dinero y le falta al respeto sin pudor al espectador mínimamente exigente.
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Crítica por Andrés Martín
