Tim Burton llevaba varios años un tanto perdido, sus últimas películas se alejaban del encanto que impregnaba cada una de las obras que jalonan su primera etapa. Films como “Sombras tenebrosas” o “Big Eyes” dejaban un sabor agridulce, loable pero fallido intento de conectar con su amado universo. Pero tras ver su nueva propuesta, podemos afirmar que el genio está de vuelta.
En principio, la novela de Ransom Riggs reunía todos los elementos necesarios para el lucimiento de Burton… y no ha decepcionado. El film es un compendio de belleza y espectacularidad, un derroche de talento e imaginación absolutamente disfrutable por todos aquellos espectadores adultos que sean capaces de dejarse fascinar y liberar su lado infantil.
Esta nueva obra es adorable y por momentos admirable, rescatando la esencia de ese cine que le hizo grande, destilando sensibilidad en muchas de sus maravillosas escenas.
Además le brinda a la estupenda Eva Green el papel en la pantalla grande que su talento y belleza merece, adueñándose sutilmente de la función en todos y cada uno de los momentos en los que aparece.
“El hogar de miss Peregrine para niños peculiares” no pasará a la historia como el mejor film de Burton, algo complicado a estas alturas, pero a buen seguro marcará la futura carrera del cineasta tras este plausible regreso a sus raíces. A pesar del aluvión de efectos visuales, el film conserva su magia y marcada personalidad… y transportará a otros mundos y a otros lugares a todo aquel espectador que le brinde una oportunidad.
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Crítica por Andrés Martín
