Predator

¿Hasta cuándo van a continuar alargando una saga que ya no da para más?. La desvergüenza de la industria de Hollywood es de sobras conocida, pero la reiterada y perezosa manera de afrontar una nueva secuela – o “reboot”- del film de 1987 ya roza el esperpento.

Tan fabuloso fue aquel film de John McTiernan con Arnold Schwarzenegger, que todas las siguientes entregas resultan insulsas. En esta nueva propuesta –una suerte de “Doce del patíbulo” mezclada con “Los mercenarios”- no tienen el más mínimo reparo en disimular el insultante tufillo a serie “B” que impregna el producto. Aquí es todo tan incoherente y deslavazado que opta por no tomarse en serio a sí misma, por si acaso el espectador no hubiera optado ya por esa opción.

“Predator” es simplemente correcta como film de acción, pero su historia es tan plana y poco atractiva que acaba por aburrir. Un espeso ir y venir de personajes vacíos al servicio de un carismático protagonista que, a fuerza de secuelas, ya no nos dice nada. En definitiva, una peli de sofá con la que si te acabas durmiendo tampoco pasa gran cosa… rezando además para que sea la última.

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Crítica por Andrés Martín