Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte

Retomar tantos años después un inmenso éxito editorial como el de Stieg Larsson no ofrecía demasiadas garantías de éxito. Tras arrasar en las librerías durante la pasada década tuvo su inevitable adaptación norteamericana en 2011 y, además, con el siempre interesante David Fincher a la cabeza, pero su éxito no pareció suficiente para los productores y la trilogía quedó en suspenso. Las escasas garantías que antes comentaba se cimentan en los cambios que devalúan el proyecto. Donde antes estaba Fincher ahora está Fede Álvarez, realizador de la –sin embargo- estupenda “No respires”, mientras que Daniel Craig y la fascinante Rooney Mara aquí son sustituidos por Sverrir Gudnason y Claire Foy…

Sin tener en cuenta ningún referente estaríamos ante un film tan correcto como plano, estereotipado por el yugo de la industria y que cumple en su intención de entretener como cualquier otro film de acción con puntuales elementos de “thriller”. Pero todo naufraga cuando brilla por su ausencia el irresistible y malsano mensaje del escritor, tan lejos de lo políticamente correcto, y la adecuada adaptación de su universo que consiguió Fincher. En esta entrega de “Millennium” no apreciamos ni rastro de la riqueza de matices de la heroína Lisbeth Salander y el mensaje se difumina. Convertirla en una especie de heroína de acción simplifica a uno de los personajes más interesantes y enigmáticos del siglo XXI y, por supuesto, condena el producto final a la indiferencia y ostracismo, algo impensable para aquellos que disfrutamos leyendo la trilogía y creábamos vibrantes secuencias cinematográficas en nuestra imaginación.

Andrés Martín

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