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La Isla ya disfruta de sus fiestas

"Y pienso montarme en la noria". Contundente y decidido se mostraba un pequeño camino del recinto ferial, apenas una hora antes de que comenzaran los actos protocolarios con los que se daba el pistoletazo de salida a la Feria del Carmen y de la Sal 2014. Era su día y el de todos los niños cuyas familias los llevaron a La Magdalena para que disfrutaran de las numerosas atracciones. La mayoría de ellas lucía el cartel de 1,50 euros el billete (ya fuera impreso o escrito a mano el cualquier hoja de cuaderno), como debía ser por el descuento que durante las primeras horas de estos festejos debían aplicar los feriantes. También cumplían con lo establecido otras que costaban 2 euros por la particularidad de su oferta de ocio.

Pocas de estas atracciones, sin embargo, estaban llenas en torno a las 20.30 horas pues muchos isleños habían apurado las horas de playa ante el calor con el que se había presentado la jornada. Principalmente había familias con sus pequeños, algunos ya ataviados con el traje de faralaes, vestidos para las niñas cortitos, a la rodilla. Los volantes se le movían a un pequeña que saltaba, con la protección puesta, sobre las camas elásticas de una atracción que tenía mucha expectación. Casi lleno estaba el circuito propuesto por Baby, infantil, antoñito y Marianito. También las de agua atraían la atención de los benjamines de la casa, que se reían en otra atracción de los golpes de los coches de choque que intentaban manejar. Que sí, que sí que los papás pueden subir señalaba una en un cartel para animar a los adultos a acompañar a los niños. Otros advertían de que los menores de 7 años debían ir acompañados por un mayor.

Pocos grupos de adolescentes se habían animado a acudir a la Feria tan temprano, aunque incluso algunos ya probaban la diversión de las atracciones. Especialmente, se les pudo ver en la olla, aguantando estoicos apenas unos segundos los movimientos bruscos que finalmente los lanzaban a un lado y a otro, que ahí está la diversión.

De cualquier forma, la zona de las atracciones concentraba a esas horas a la mayoría de personas que ya había entrado en el recinto; mientras en la entrada, en las inmediaciones de la portada, la Policía Local se afanaba en dejar despejado un espacio que debía estar reservado para el momento de izado de las banderas. Ni los puestos de comida, ni de habilidades, ni muchas atracciones aún vacías, ni las casetas, notaban el ambiente que estaba por llegar.

En torno a las nueve de la noche poco a poco, o de pronto en masa, comenzaban a acceder, sobre todo por la calle principal, los isleños que ya querían disfrutar de su Feria del Carmen, más cuando al día siguiente de esta apertura iba a ser festivo en la ciudad, con la celebración del Carmen. Para algunos visitantes resultaba además una oportunidad para que los niños pasaran un buen rato.

Poco quedaba ya para la inauguración oficial de la Feria del Carmen y de la Sal 2014, la inauguración del recinto, puesto ya el sábado fue la proclamación de las salineras, y por la mañana había comenzado la feria de día en el centro con hostelería y comercio implicados. Se izarían las banderas, se procedería al corte de cinta y se encendería el alumbrado extraordinario del real.

La noria, pintada toda de blanco, aguardaba dando vueltas al niño que había afirmado convencido que se iba a montar en ella. O quizás ya hubiera estado en las alturas a esa hora.