La Grazalema del XIX ya era turística
- Localidad: Sierra de Cádiz - Grazalema
- Fecha: 06/10/2014
- Fuente: La Voz de Cádiz
Un pueblo volcado en retroceder en el tiempo que lo coloca cada otoño en el calendario de los lugares a visitar en la provincia. Grazalema ha vivido con intensidad estos últimos tres días su fiesta que mayor auge ha tomado en los últimos años, la Recreación ‘Sangre y Amor en la Sierra’.
Los bandoleros han vuelto a ser el foco de atracción de visitantes que han querido pasar un fin de semana completo en la tierra del Pinsapo, uno de los pueblos blancos más bellos y todo un tesoro turístico de una provincia que no se caracteriza, precisamente, por tener una mala oferta para los turistas.
El Poblado Bandolero de la Plaza de los Asomaderos se ha vuelto a quedar pequeño para acoger, a falta de cifras oficiales, a unos 15.000 visitantes. La Grazalema del siglo XIX, la de 1832, ha vuelto a levantar una gran expectación que ayer se podía palpar no sólo en este espacio sino en todo el municipio. Aparcamientos repletos, tiendas llenas y bares y terrazas donde resultaba complicado encontrar un hueco configuraban la postal de uno de los primeros domingos de otoño en un municipio que mostraba que sus argumentos para atraer visitantes van más allá del frío invernal o de la nieve. Y es que ayer la temperatura resultaba casi veraniega en el municipio y eso hizo que el ambiente en las terrazas de bares y restaurantes fuera magnífico, por lo que la oferta gastronómica que hay dentro del Poblado Bandolero hizo que los hosteleros llenaran sus establecimientos.
Completo
Desde el Ayuntamiento aseguran también que los hoteles y las casas rurales también colgaron el cartel de completo, lo que hace suponer que la Recreación Bandolera no sólo atrae a los visitantes del entorno y que no sólo llegan para pasar un día en el pueblo. Unos comercios abiertos aprovecharon al máximo tal afluencia de público, como si de la llegada de un crucero a una ciudad costera se tratara, y los amarguillos y los cubiletes se hicieron hueco en las bolsas de los turistas junto a los quesos típicos y los souvenirs.
