NOTICIAS

Alfombra verde

No será un festival de estrellas ni comercial. No habrá oropeles ni joyas perdidas como en Cannes. No se verán actores paseando en góndola por Venecia, ni directores posando con la playa de La Concha al fondo. En Sanlúcar, desde hoy, se celebra un festival de cine que no tendrá alfombra roja. Sanlúcar extiende esta tarde una inmensa alfombra verde desde Bajo Guía, a través de la desembocadura del Guadalquivir hasta llegar al lujoso parque nacional para convertirse en sede de la tercera edición del Festival Internacional de Cine Científico y Ambiental de Doñana (FICCAD). Una semana de proyecciones, cursos, encuentros y exposiciones que se ofrecen como herramientas privilegiadas para divulgar, a través del séptimo arte, la necesidad de proteger la naturaleza y de fomentar el desarrollo sostenible del planeta.

Este festival cinematográfico, organizado por la Asociación Española de Cine Científico, nació en 2010 en la provincia de Huelva. El primer año se celebró en Matalascañas, que compartió sede en 2011 con la cercana Almonte. Fue ese año cuando los organizadores decidieron dar carácter bienal al festival y plantearse un cambio de sede en busca de una localidad con más habitantes, también íntimamente relacionada con Doñana, que permitiera ampliar horizontes y objetivos. Sanlúcar de Barrameda fue la elegida.

El director del festival, Arturo Menor, explica que la intención es que la ciudad gaditana se convierta en sede permanente y definitiva de un certamen que empezó a celebrarse cada dos años para sortear mejor la crisis, y garantizar así su continuidad, y para alternarse con el otro festival de cine científico de Andalucía, el de Ronda, también bienal. Al final, sin embargo, el FICCAD se quedará solo de momento porque el festival rondeño ha dejado de celebrarse.

Junto a la Asociación Española de Cine Científico, trabaja también en la organización la productora de documentales de naturaleza Acajú, mientras que el Ayuntamiento de Sanlúcar participa con la cesión del Auditorio de la Merced, que se convertirá en esta semana, hasta el 5 de octubre, en sede del festival. Allí se proyectarán las películas y se expondrá la muestra Los enlaces de la vida, que prolongará su apertura unos días más que el certamen de cine, hasta el 11 de octubre. En la biblioteca Rafael de Pablos, por su parte, se celebrará un curso de cine digital.

Arturo Menor lamenta que las instituciones públicas -ni Ministerio de Cultura, ni Junta, ni Diputación- no aporten subvenciones al festival, pese a que en algunos casos se han solicitado, y que el certamen tenga que salir adelante con el apoyo de entidades privadas, entre las que se encuentra como colaborador principal la Fundación BBVA. Sólo en la primera edición el festival recibió una ayuda económica de la administración central para la realización de uno de los cursos.

Hasta 101 películas han presentado sus credenciales para participar en el festival. De todas ellas se han seleccionado las 22 finalistas -10 largometrajes y 12 cortos-, procedentes de diez países que se disputarán los ocho premios que otorga el jurado del certamen.

Naturaleza y ciencia se dan la mano en este festival. Así, la supervivencia del atún rojo, la experiencia de un naturalista entre un grupo de pavos, los elefantes, el lobo, la vida en las Antípodas o Doñana son algunos de los temas que centran los largometrajes que se proyectan en La Merced a partir de esta tarde, mientras que los cortometrajes se dedican a la historia del plástico, Darwin y los Galápagos, las mariposas, los rayos cósmicos, los cocodrilos, la caza furtiva del tigre e, incluso, documentales sobre el doloroso mundo de las agujetas, el azúcar o una investigación arqueológica rodada con muñecos playmobil.

El festival, además, dará la oportunidad a los directores de las películas seleccionadas para que, antes de las proyecciones, expliquen sus trabajos al público asistente. Los encuentros entre profesionales son de esta manera fundamentales en el certamen. La cinematografía científica es un género que agrupa a profesionales de las ciencias, ya sean biólogos, químicos, médicos o investigadores en general, con los especialistas en comunicación audiovisual. Una simbiosis que persigue hacer del cine un perfecto canal de comunicación para que el conocimiento científico y medioambiental llegue a la sociedad.

El carácter divulgativo de este festival amplía el perfil de sus destinatarios más allá del ámbito científico. Todas las personas se pueden sentir interpeladas por esta llamada a la biodiversidad y desarrollo sostenible del planeta, y en especial los más jóvenes. El festival, de hecho, se vuelca en los colegios e institutos de Sanlúcar y Chipiona, con proyecciones especiales y charlas de los alumnos con los directores de las películas. Las proyecciones en el Auditorio de La Merced, además, son gratuitas hasta completar el aforo de la sala.

Más info