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Claves para encontrar el alojamiento rural perfecto en la Sierra de Cádiz

Los días se acortan, las temperaturas se endulzan, los niños retoman las clases. Llega el otoño. Regresa la rutina a los hogares y las vacaciones parecen un recuerdo difuso, un pasado cada vez más lejano. Es el momento de hacer balance y volver a empezar.

En la provincia de Cádiz, las cifran de ocupación de los alojamientos rurales son positivas. Así lo reconoce Antonio Fernández, presidente de la Asociación de Turismo Rural de la Sierra de Cádiz que explica que se ha notado una mejoría respecto a otros años porque «se ha perdido el miedo a gastar y en agosto se ha rozado el lleno». El calor no ha sido obstáculo para las reservas y los precios se han mantenido estables. El turismo verde ya es una alternativa real para las familias.

Los precios son ajustados y permiten disfrutar del entorno natural sin prescindir de las comodidades de la vida moderna porque rústico no es sinónimo de básico. Ya es posible encontrar alojamientos con conexión a internet, servicios para niños, mejoras de accesibilidad y unas comodidades similares a los establecimientos urbanos. Lo que se mantiene invariable como demanda del usuario es la barbacoa, la piscina (imprescindible en verano) y admisión libre de mascotas. Los perfiles más habituales entre los que visitan este tipo de alojamiento son familias con niños pequeños, parejas que hacen una escapada romántica y grupos de amigos .

El turismo rural apuesta actualmente por la sostenibilidad y la singularidad. Cada vez más usuarios se deciden por esta opción porque hay más ofertas disponibles y es más fácil acceder a ellas a través de portales y páginas de reservas 'online'. El campo permite disfrutar de una vida más sosegada, tomar distancia y alejarse del bullicio de la ciudad. «Apostamos por la singularidad y la calidad. El cliente que sale satisfecho, regresa y además fideliza a personas de su entorno».

Durante el primer semestre de 2015, en España se han registrados un total de 13.033 establecimientos de turismo rural según recoge el III Informe del Barómetro del Turismo Rural en España. La provincia de Cádiz suma 220, es decir un 1,7% del total. Este estudio también revela que casi ocho de cada diez los viajeros optan por alquilar casas completas y no habitaciones porque la independencia es uno de los incentivos de estos establecimientos.

A diferencia del último trimestre de 2014, cuando los alojamientos más demandados eran aquellos de entre 7 y 10 plazas, en el primer semestre de 2015 han sido los alojamientos para dos personas los más demandados, con el 30,5% de las reservas. Estos datos indican que en invierno y primavera se viaja más en pareja frente a otras épocas del año. Por otra parte, las reservas de casas de gran capacidad son más típicas de las celebraciones navideñas cuando grupos de amigos dispersos se reúnen o cuando varias familias se ponen de acuerdo para celebrar las fiestas juntas.

Más allá de la temporada alta

Los momentos más importantes del año para el turismo rural son Semana Santa, verano y fin de año. El principal reto que debe acometer este sector es el de la desestacionalización. «Los fines de semana los alojamientos cuelgan el cartel de completo pero hay que ser consciente que se trata de dos días a la semana. Ahora lo importante es ir atrayendo al público para mejorar las cifras entre semana», reconoce Antonio Fernández,empresario del Cortijo Huerta Dorotea situado en la localidad gaditana de Prado del Rey.

Los festivos y puentes tienen las reservas aseguradas pero el desafío es mantener la ocupación todo el año. Por ello, los esfuerzos se están centrando en la promoción del turismo de proximidad que logre atraer a personas zonas próximas que no necesiten invertir mucho tiempo en el desplazamiento. De forma paralela se está trabajando en dinamizar el sector dando un gran impulso a las jornadas gastronómicas, ferias comerciales y competiciones deportivas.

De cara a la temporada que comienza, conviene no demorarse para buscar ese oasis rural porque las reservas para el puente de El Pilar, la Inmaculada y los «festivos de calendario» ya están en marcha. La previsión es fundamental porque cuanto más se aproxima la fecha más complicado es encontrar plazas libres y entonces habrá que optar por ser más flexibles en las aspiraciones. En los seis primeros meses del año, casi el 50% de las reservas se hicieron entre 15 días y dos meses antes de la realización del viaje.

Ocio verde

Los viajeros más activos pueden optar por muchas de las actividades que ofrece la provincia. La Vía Verde de la Sierra es una de las alternativas más atractivas ya que más de 4.000 personas la recorren mensualmente. La ruta tiene su origen en un antiguo trazado ferroviario que discurre entre Jerez y Almargen y es ideal para practicar senderismo y cicloturismo. Está perfectamente señalizada y el turista puede encontrar información, planos, material didáctico y consejos en la web www.fundacionviaverdedelasierra.com

La llegada del otoño hace posible asistir a experiencias como la berrea del ciervo que comienza esta semana o realizar rutas en 4x4 por el Parque Natural de los Alcornocales con una visita a la Cueva de Cambulló, un yacimiento de arte rupestre ubicado en un paisaje de excepcional belleza en Castellar. Durante el recorrido es posible avistar gamos, muflones, ciervos y gran cantidad de aves. La provincia ofrece alternativas al turismo de sol y playa. Si lo suyo es el contacto con la naturaleza, la gastronomía y la tradición, no lo dude: turismo verde por la Sierra de Cádiz. No le defraudará.

De la sopa ‘pegá’ de Olvera a la boronía de calabaza
La gastronomía local es otro de los alicientes de las escapadas a la Sierra. Cada localidad tiene sus platos típicos y el viajero que disfruta de la buena mesa aprovechará la oportunidad para deleitarse con platos donde la sabiduría popular deja toda su esencia.
Tras un desayuno acompañado de un buen mollete con zurrapa de lomo en manteca, la jornada se afronta con un temperamento diferente. Recorrer los 36 kilómetros de la Vía Verde de la Sierra, desde Olvera a Puerto Serrano, es la excusa perfecta para aunar el deporte y la gastronomía. Pasados los rigores del verano, la sopa ‘pegá’ de Olvera puede ser una de las opciones para el almuerzo. Su origen está en una humilde sopa de campesinos hecha con espárragos trigueros y pan del día anterior (pero quien la prueba la guarda en su memoria).
Entrados en materia, no podemos olvidar las chacinas caseras, el brazuelo de cabrito lechal al horno, el guiso de conejo, la ‘esparragá’ de tagarninas, carne de ternera retinta con tomate, venado, trucha serrana o ‘Matamaríos’, un socorrido guiso de pescado tradicional de Algodonales.
Para rematar: las tortas de hornazo de Puerto Serrano, un dulce al horno elaborado con masa de pan, aceite de oliva, azúcar, ralladura de limón, canela molida, ajonjoli, matalahúva y almendra y rematada con un huevo. Ahí es nada.