Situado en el extremo nororiental de la provincia de Cádiz a distancia equidistante entre Jerez, Sevilla y Ronda. Emplazado en el corazón de la Sierra Gaditana, a los pies de la Sierra de Lijar, es uno de los pueblos con mayor superficie de la comarca.
Tradición y modernidad se dan cita en este municipio serrano, tradición en su artesanía, fiestas y costumbres, que se viven siguiendo fórmulas ancestrales, y modernidad en el continuo ir y venir de gentes que encuentran en Algodonales el lugar donde realizar uno de los más antiguos sueños de la humanidad: volar en libertad. Sus habitantes se denominan Algodonaleños.
Los primeros recuerdos de Algodonales datan del Neolítico, como se manifiesta a través de los yacimientos de la cueva Chamusquina, Castillejo y Cueva Santa, lugares míticos donde se han encontrado asimismo objetos de procedencia árabe. Abundan por otra parte vestigios iberos y romanos en lo que fue una ciudad de cierta importancia en la época de colonización latina.
Hay que destacar los hallazgos del yacimiento arqueológico Cerro de la Botinera, en el que además de infinidad de útiles, cerámicas, esculturas y monedas se halló un enterramiento romano. Otros cerros comparten las glorias del pasado, Camarena y Tesorillo, y algunos cortijos como el del Alamillo y el de las Columnas. Tras la etapa de poder visigodo, de la que existen vestigios, ocupan las tierras andaluzas los árabes de Tarik Bajo el dominio árabe, esta población fue dependiente de su vecina Zahara, hasta que se independizó a finales del siglo XVI.
En 1817 recibió el título de ciudad y extensos territorios, que incluyen la Sierra de Lijar. A partir de la Edad Moderna se desarrollará su urbanismo, adaptándose a la ladera de la montaña, adquiriendo una disposición alargada que sigue los distintos niveles del terreno y cuyo centro neurálgico lo constituye la plaza de la Constitución.
- Iglesia Parroquial de Santa Ana. Fundada el 6 de noviembre de 1784, de estilo neoclásico.
- Ermita de Jesús de Nazareno. En su interior se da culto a una de las más veneradas imágenes del pueblo, la de Jesús Nazareno. Neoclásico del siglo XIX.
- Ermita de la Virgencita. Situada en las afueras y dedicada a la advocación de la Virgen de los Dolores. De estilo ecléctico del siglo XIX.
- Lavadero Público. Junto a la Fuente del Algarrobo. Del siglo XIX
A esta magnífica sierra se unen lomas cubiertas de olivos y un hermoso valle. Asentada en la entrada norte del Parque Natural Sierra de Grazalema, bañado por el río Guadalete; su paisaje característico en el que contrasta un suave valle con los relieves más abruptos y accidentados de la sierra, su alto nivel ecológico, sus bosques de especies antiquísimas, fuentes a cada paso, hacen de él un pueblo ideal para un alto en el camino. La Sierra de Lijar, formada por materiales de origen jurásico se alza en su cima más alta a 1.051 metros podremos observar por los alrededores el vuelo de aves como el buitre, y en parajes cercanos nos encontramos la cabra montesa, el águila calzada y la culebrera.
Destacable es también su gastronomía, sobre todo su gazpacho y los espárragos. Del producto de la rigurosa selección de aceitunas se elaboran dos tipos de Aceites: Oliva Virgen de una excelente calidad y de 1º grado de acidez máxima y Oliva Virgen Extra, que es único por su aroma y sabor frutado.
Son conocidos también sus productos cárnicos como la manteca colorá, zurrapas de hígado, hígado en manteca, buche, chorizo, salchichón, chicharrones, morcilla, cabeza rellena, lomo relleno etc.
Entre los dulces más tradicionales destaca el gañote, masa compuesta por harina, huevos, azúcar y especias, que se envuelve en cañas de madera para freírlas, de un sabor exquisito y con una forma muy especial.