Prado del Rey es un pueblo andaluz situado en el nordeste de la provincia de Cádiz, asentado en una zona de transición entre la campiña jerezana y la Sierra de Grazalema muy próximo al límite de la provincia de Sevilla por el norte y de Málaga. Es una localidad con el tipismo de los Pueblos Blancos, de calles rectas y ajardinadas con naranjos y limoneros.
Sus habitantes se denominan pradenses.
Superficie: 50km2
Distancia a la capital: 105 km.
Altitud: 440 m.
El Código Postal es 11660 en todo el Término Municipal
En las proximidades de la ciudad se han encontrado restos prehistóricos pertenecientes al Paleolítico, con frecuentes hallazgos de flechas, hachas y objetos de sílex. Sin embargo su legado histórico más importante es la ciudad romana de Iptuci, de cuya importancia dan fe las citas de Plinio así como la posibilidad de acuñar moneda propia.
También pasaron por estas tierras los árabes, pero fue Carlos III quien refundó esta ciudad en el siglo XVII, con el plan de repoblación del sur de Andalucía, repartiendo sus tierras entre 189 colonos procedentes de la serranía de Grazalema y Ronda. Prado del Rey ocupó parte de la conflictiva franja fronteriza con el reino nazarí de Ganada, con lo que la prosperidad pasaba de unas manos a otras según el predominio en las distintas refriegas, sin mayor estabilidad.
A medida que la posición castellana se consolidaba, el territorio fue repoblándose con gentes del norte entre los quedó repartido. La estructura de la ciudad es de estilo carolino, es decir, planta rectangular y calles delineadas en una perfecta red.
En el siglo XIX conoció una época de gran prosperidad con la producción de excelentes vinos de Pajarete, premiado en la exposición de Madrid de 1877.
A partir de los años 60, su economía da un giro, implantándose la industria artesana de la marroquinería, constituyendo hoy en día su principal factor de producción.
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen. Edificada en 1830, de estilo Neoclásico
Ciudad Romana de Iptuci. Asentamiento romano, a finales del siglo II D.C.
Es excepcional el enclave de Prado del Rey, pues está Situado en las estribaciones, ya alejadas y en declive de la Serranía de Ronda, junto a dos elevaciones montañosas: el cerro Verdugo y Las Lomas.
La vegetación característica viene determinada por el bosque y matorral mediterráneo, con dominio de encinas, acebuches, algarrobos, quejigos y alcornoques junto a los lentiscos, zarzaparrillas, sanguinos, escobones y retamas; apareciendo en las zonas más degradadas las jaras blancas, aulagas, matagallos, palmitos, etc. En las zonas más húmedas como son las riberas de los arroyos, son frecuentes los chopos, fresnos, álamos blancos, sauces y adelfas, acompañados de hiedras, rosales silvestres, helechos y madreselvas.
En este entorno nos encontramos con una gran variedad de especies animales típicas del monte mediterráneo: ciervo, corzo, conejo, jineta, tejon, meloncillo (único representante europeo de la familia de las mangostas) y garduña. Pero quizás sea en la ornitofauna donde se encuentre una mayor riqueza; aparecen especies como el buitre leonado, águilas (culebrera, calzada, perdicera), ratoneros, cernícalos, cigüeña común e infinidad de pequeñas ves: abuvilla, abejarucos, jilgueros, mirlos, ruiseñores, chochines, pinzones, etc.
Su término municipal se adentra en los Parques de Grazalema y Los Alcornocales.
- Carnavales: a finales de febrero o principios de marzo.
- Fiesta del caballo: en marzo.
- Semana Santa: en marzo o abril.
- Romería de San Isidro Labrador: el 14 y 15 de mayo.
El domingo tiene lugar la salida procesional de San Isidro a través del camino de la Dehesa de Hortales, acompañado de carretas, carrozas y caballistas. Es tradicional el sorteo de dos becerras.
- Festividad del Corpus: en mayo.
- Velada de Ntra. Sra. del Carmen: del 15 al 18 de julio.
En honor a la Patrona, es típico la ofrenda floral a la Virgen y el “encalijo” de casas y fachadas.
- Feria del ganado: a principios de septiembre.
En esta localidad se pueden degustar platos típicos de la comarca, elaborados muchos de ellos con excelentes productos tradicionales de la sierra y regados con los vinos generosos del país y el famoso "Mosto Pajerete", vino blanco afrutado. Singular mención merecen las chacinas de elaboración casera, el aceite de oliva y la miel.
Son platos típicos de la localidad: el salmorejo, la sopa cocida de espárragos, la sopa cocida de tomates, el guiso de habas, caracoles, cabrillas, chicharrones, menudillo de chivo o pavo, guiso de pata, cocido de tagarninas, cocido de coles, conejo con tomates, pajarillas, molletes.
En cuanto a los postres hay que destacar las torrijas con miel, torta de chicharrones, flan de naranja, arroz con leche, natillas, tortas fritas, buñuelos y borrachos.
Prado del Rey mantiene la tradición artesanal de la sillería rústica a base de pino y haya y fibra vegetal, así como de la marroquinería. Es a partir de los años sesenta cuando en Prado del Rey comienzan a surgir los primeros talleres de trabajo en cuero, constituyendo hoy en día la principal actividad económica de la localidad.
Todas las fábricas de pequeñas dimensiones, trabajan con pieles curtidas principalmente de oveja, cabra y vaca, para obtener selectos productos de marroquinería que llegan por su calidad a una comercialización que traspasa las fronteras nacionales.