¿Recuerdan "Notting Hill"?. Hay evidentes paralelismos entre este gran éxito de finales del siglo XX y el film que nos ocupa, con la salvedad que donde allí había exceso de convencionalismos, aquí encontramos un film que huye radicalmente de ellos.
"Casi imposible" basa su encanto en la acertada dirección de Jonathan Levine, en su loable intento de dar un necesario giro al manido arquetipo de la comedia romántica. Va mucho más allá, desgranando punzantes aspectos de nuestra sociedad y la política, del papel de la mujer en estos tiempos que corren y, cómo no, regalándonos unos estupendos toques románticos.
Pero los esfuerzos de Levine caerían en saco roto sin la imponente presencia de su maravillosa pareja protagonista. Seth Rogen, mucho más apreciado al otro lado del charco que por estos lares, repite su recurrente papel de vecino de al lado, poco agraciado físicamente pero con un encanto arrollador. En sus films siempre hay un trasfondo interesante debajo de una aparente superficialidad y este no iba a ser una excepción. Pero la verdadera reina de la función es la siempre magnífica Charlize Theron. Aquí, como en casi toda su filmografía, derrocha frescura y talento. Su camaleónica capacidad para adaptarse a todo tipo de géneros queda aquí patente una vez más. Cuando sonríe se ilumina la pantalla y el espectador queda hechizado por una de las mejores y más infravaloradas actrices del Hollywood actual. Cierta ausencia de química entre la pareja protagonista queda compensada por el buen hacer de Charlize.
¿Estamos ante un film que perdurará en la memoria del espectador?... quizás no, pero se acoge a ese maravilloso subgénero de lo que allí llaman "feel good movies", esas películas que te hacen sentir bien y que permiten que salgamos de la sala convencidos de haber pasado un muy buen rato, nada desdeñable en estos tiempos…
Andrés Martín