Es la fachada marítima de Conil de la Frontera. El extenso paseo marítimo es amplio y tiene un gran aparcamiento. Entre éste y la arena se interponen aguas estancadas y vegetación de hierba y flores. Para cruzarlas se ha habilitado pasarelas de madera, que durante la noche se iluminan. En esta playa de arena dorada y fina, desemboca el río Salado. Los servicios son muy similares a la anterior y tan sólo cabe sumar los cinco restaurantes del paseo marítimo. El único inconveniente es que en ocasiones esta playa es algo ventosa, motivo que no defrauda a los aficionados al windsurf.