El acantilado dibuja una forma de media luna que alberga esta cala de 270 m de longitud y 25 m de ancho. La arena dorada y los acantilados ocres rojizos que la rodean refuerzan aún más la luz solar.
Su orientación y las paredes verticales que la delimitan hacen que sea una cala de aguas tranquilas, en la que se practica el nudismo.
Hay servicio de vigilancia de la Cruz Roja y también dispone de servicio de mantenimiento.
El acceso es peatonal y parece recomendable aparcar el vehículo en una gran explanada situada cerca de la carretera. Una escalera en perfecto estado permite descender a la playa sin ningún problema.