Es la última playa mediterránea perteneciente a la provincia de Cádiz. Se accede directamente desde la N-340 por medio de una pequeña pista de tierra que acaba en una amplia zona destinada al estacionamiento de vehículos. Dibuja un perfil en forma de media luna. Destaca porque su superficie de arena gruesa de color gris es muy ancha y hay una buena distancia hasta la carretera. El sector sur está gobernado por unas formaciones rocosas muy interesantes, por las que resulta fácil pasear o bien dedicar unas horas a la pesca. El entorno es bastante desnudo, especialmente hacia el interior, pero en sus proximidades abundan las urbanizaciones de chalets ajardinados.