
Esta activiad no es apta para el público infantil ni para personas sensibles a temáticas de terror ya que no se trata de una animación común sino de una actividad inmersiva en la que los participantes vivirán en primera persona una película de terror.
Está pensada por tanto para personas de 14 años en adelante siendo necesaria autorización del padre, madre o tutor en el caso de los menores de edad.