
El calendario romano era un instrumento para regular la vida política y religiosa, más que para medir el paso del tiempo. Constaba, en un principio, de 10 meses, la mitad de 31 días y la otra mitad de 29 días, como el ciclo lunar.
Los nombres de los meses derivaban del nombre de la divinidad o la persona a quien estaban dedicados, así por ejemplo el primer mes, que era Marzo, estaba dedicado al dios Marte, Junio a Juno, y el sexto mes, Agosto, estaba dedicado al emperador Augusto.