“Un grito a la libertad de la transformación, que no siempre implica una manera de enmascararse, si no mas bien una desnudez”
“De pequeño me encerraba en mi cuarto y me vestía con la falda verde de mi madre. Me adornaba el pelo con flores, me maquillaba, y bailaba a escondidas. Ese baile era impensable fuera de esas cuatro paredes”.
De esta memoria íntima de la infancia nace Viva, en unas circunstancias, donde reglas sociales y artísticas, imponen de alguna manera a que el artista deba manifestarse según su género.
