Tras las magníficas entregas de “The Conjuring” y cómo han sabido revitalizar el género de terror creando su particular universo – sin olvidar las correctas entregas de “Annabelle”- nos llega “La monja”, uno de los personajes ya icónicos del género en los últimos años.
Pero las grandes expectativas han quedado difuminadas, desgraciadamente, porque hemos encontrado un film lánguido que desaprovecha sus múltiples posibilidades.
“La monja”, ante todo, es un film de holgado presupuesto pero con un inesperado tufillo a serie “B” que lastra la función. Promete y sugiere más de lo que ofrece, con situaciones y personajes nada novedosos y escenas terroríficas mostradas con cuentagotas, más efectistas que efectivas. Además la trivialización de los personajes es preocupante, pasan sus motivaciones a un segundo lugar, sin respetar los interesantes mimbres con los que cuentan.
Sí, estáis leyendo bien… porque este film que prometía emociones fuertes no termina de asustar y eso es imperdonable. De pasajes perturbadores y amenazantes pasamos a clichés manidos y previsibles que provocan cierta indiferencia en el espectador.
De todos modos hay aspectos que pueden salvarse, porque por momentos la atmósfera es interesante y la puesta en escena es impecable, pero resulta insuficiente. Este es un regalo que esperábamos con expectación pero donde no nos queda más remedio que quedarnos con un apreciable envoltorio...
Ver ficha de la película
Crítica por Andrés Martín
