Salgo del cine tras visionar este despropósito y me pregunto las razones por las que la comedia española se encuentra en estado de hibernación. Quizás lo más sencillo sea repetir fórmula y adaptarse a un formato en el que las buenas historias brillan por su ausencia y todo se encomienda al amontonamiento de personajes televisivos con cierto tirón popular.
Pero lo de “Ahora o nunca”, para mi asombro, va incluso más allá. La receta es sencilla ya que solo hace falta contar con Dani Rovira y Clara Lago –pareja de moda de nuestro cine- , les sumamos a la sosa María Valverde y empezamos a añadir rostros famosos de la pequeña pantalla como Jordi Sánchez, Melody o Yolanda Ramos. ¿Y la historia?... eso parece dar igual.
Lo más denigrante de una presunta comedia es que no haga reír y que ningún gag funcione. Aquí toda la gracia brilla por su ausencia, resumiéndose su presunto encanto en una serie de situaciones absurdas y desesperantes que gustarán al espectador menos exigente.
Se confirma –por si a alguien le quedaba alguna duda- que Dani Rovira no es un actor, solo un tipo simpático que repite sin piedad los tics del –magnífico, por otro lado- monologuista que siempre ha sido. No busquen en su interpretación a un actor, porque solo tenemos a un joven que tras escuchar “acción” comienza con su show particular. Pero si Rovira es quien es hoy en día es gracias a “Ocho apellidos vascos”, un taquillazo histórico que ¡ay!, cosas de la vida, parece “Ciudadano Kane” ante este olvidable bodrio que nos ocupa.
No pierdan el tiempo con “Ahora o nunca”, es un desastre más propio de una serie de televisión de corta vida que de un film merecedor de notoriedad en la pantalla grande. No se dejen engañar, salvo que aprovechen ustedes la hora y media del film para estar en una sala fresquita echando una cabezada…
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Crítica por Andrés Martín
