En la feroz lucha por el cetro de las adaptaciones cinematográficas de cómics parece que, por fin, DC ha dado en la tecla y no precisamente con su personaje más conocido.
En una compañía en la que Superman y Batman marcan la pauta en cuanto a popularidad, ha tenido que ser una heroína la que arrase en taquilla y deje un más que agradable sabor de boca. Pero, ¿es oro todo lo que reluce?... rotundamente no.
Cierto que “Wonder Woman” opta por una historia cercana en la que los efectos visuales no apabullen al espectador y borren cualquier rastro de coherencia en el guión. Los orígenes del personaje están bien construidos y todo está impregnado de un sano sentido del humor que se agradece… pero desgraciadamente, la directora Patty Jenkins confunde la sobriedad con el tedio, ofreciendo un film mal editado en el que claramente sobra metraje y que, por momentos, resulta soporífero.
Pero cuando la acción cobra protagonismo, el film se ilumina. Aunque con un dudoso sentido de la épica, las escenas esperadas en un “blockbuster” de este tipo funcionan a la perfección… aunque nos las ofrezcan con cuentagotas.
Pero si este film cobra sentido y será recordado durante años dentro del género es por la impagable aportación de Gal Gadot. La actriz israelí se adueña descaradamente de la función rebosando carisma y belleza, aportando ese punto de ingenuidad y honestidad que requiere el personaje. Ya se veía venir desde su irrupción en “Batman vs Superman”, pero aquí se ha confirmado definitivamente que con la Gadot ha nacido una estrella.
Sí, he de reconocer que no me ha impactado y que veo lagunas donde otros muchos están viendo talento pero “Wonder Woman” es un film interesante, para nada redondo, que a buen seguro ofrecerá mejores y mayores emociones en sus inevitables secuelas.
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Crítica por Andrés Martín
