Siempre es un placer reencontrarse con un clásico de nuestra cinematografía. Fernando Colomo, uno de los abanderados de la comedia madrileña y del cine de la transición, llevaba ya unos años un tanto desaparecido –apenas cuatro films estrenados en la última década-, pobre bagaje para quien cuenta en su currículum con estupendas películas como “Tigres de papel”, “Bajarse al moro” o “La vida alegre”.
Para este regreso ha apostado sobre seguro, aún a riesgo de no poder imponer su sello, porque se ha encomendado a dos verdaderos “animales” de comedia como Paco León y Carmen Machi.
“La tribu” apuesta por un tono tan desenfadado como costumbrista, tan chispeante como reivindicativo. En la historia no apreciamos nada especialmente relevante o novedoso pero el ritmo es dinámico y cuando parece decaer ahí está su magnífica pareja protagonista para evitarlo.
Y es que León y Machi dignifican el denostado concepto de “vehículo estelar”. Sí es cierto que este film está creado para su lucimiento pero, gracias a eso, el espectador puede disfrutar de dos cómicos inigualables y carismáticos que convierten su actuación en un show enormemente disfrutable.
La gran virtud de “La tribu” es su falta de pretensiones. No aspira a conseguir premios ni excesivas alabanzas de la crítica, pero es honesta en su planteamiento y desarrollo. Poder sonreír con ella y soltar alguna que otra carcajada durante su ajustada hora y media es de agradecer.
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Crítica por Andrés Martín