Se encuentra situada en el cuadrante noroeste de la provincia, en las últimas estribaciones de la campiña, a los pies de las sierras Béticas. La zona está bañada por los ríos Guadalete y Sarracín, más conocidos en la zona como Río Grande y Río Chico.
La historia de este pueblo data de la época paleolítica, de la que se han encontrado diversos restos. Villamartín se prepara para celebrar el V Centenario de su fundación, que tuvo lugar el 4 de febrero de 1503, cuando el Cabildo sevillano otorgó la escritura pública de venta de las tierras de Matrera a una comunidad de 118 colonos llegados de localidades vecinas. La principal actividad de la región es la agrícola, sin olvidar la importancia cinegética.
Sus habitantes se denominan villamartinenses.
Superficie:
Superficie: 210 km
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Distancia a la capital: 80 km.
Altitud: 167 m.
Historia:
Aunque han sido muchos los visitantes de Villamartín a lo largo de los tiempos, como corresponde al entorno en que se ubica y por lo que se deduce de los vestigios hallados aquí y en otras localidades próximas, la historia formal de este pueblo es relativamente reciente.
Se sabe ya de Villamartín en 1280, cuando los territorios recién cobrados para la corona castellana se repartieron entre los militares y caballeros que habían participado activamente en la Reconquista; a Mateo Dávila le tocó el lote que incluía esta zona, donde ya había un poblado árabe que se repobló.
Desde 1284 fue señorío, si bien es cierto que volvió a manos islámicas al estar situado en un área de difícil custodia, y que según el signo de la guerra pasaba a unas manos o a otras. Recuperada años más tarde, se entregó a Sevilla en recompensa por los esfuerzos realizados para arrebatar Villamartín al moro.
Sevillana, pues, desde 1342, la localidad se comenzó a repoblar por obra de la nueva señora, Inés de Peraza.
En 1503 llega la Carta Puebla por concesión del Cabildo Hispalense, aunque una especie de arrepentimiento en este sentido hizo que Sevilla y Villamartín se enzarzaran en litigios hasta 1558, en que la Real Cancillería de Granada falló a favor del pueblo.
Naturaleza:
Paraje Natural, cola del Embalse de Bornos. El río Guadalete, tras atravesar las sierras de la Mota y Santa Lucía desemboca en el embalse de Bornos. La parte septentrional del pantano constituye el Paraje Natural del mismo nombre, presentando en su sector oriental un perfil de suaves laderas, mientras que su flanco occidental está constituido por terrenos llanos dedicados a la agricultura.
La vegetación predominante es de tipo palustre (carrizo, espadaña y caña), existiendo una masa de tarajes en la zona de la cola del embalse, además de acebuches y lentiscos en la ribera situada al este. Presenta una gran riqueza piscícola que favorece la presencia de nutrias, pudiendo encontrarse asimismo un buen número de aves como la garcilla bueyera, martinetes, garzas imperiales, etc. En los alrededores del embalse son comunes el tejón y el zorro.
Mirador y Zona Verde - Parque Arqueológico de Torrevieja. Situado sobre una cima, coronando el conocido barrio de El Coto, verdadero núcleo del casco histórico de Villamartín. Desde este cerro, contamos con unas impresionantes vistas de la Sierra de Grazalema y Ronda, la campiña, los Llanos de Villamartín y los cauces de varios ríos que desembocan en el Guadalete, casi a sus pies.
Ferias y Fiestas:
- Carnavales: en febrero
- Semana Santa: en marzo o abril
- Feria de Primavera: a mediados de mayo.
- Fiesta de la Patrona, Santa Ana: del 24 al 28 de julio.
- Romería de las Montañas: el 8 de septiembre se traslada la Virgen de las Montañas al Santuario de Pajarete.
- Feria de Ganado y Fiestas de San Mateo: del 20 al 24 de septiembre. “Declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía”. Es la Feria ganadera mas antigua de Andalucía, celebrándose desde el siglo XVI.
Turismo y ocio:
En su entorno se puede practicar cualquier tipo de deporte relacionado con la naturaleza: espeleología, vuelo sin motor, ala delta, senderismo, caza, pesca...
Gastronomía:
Se elaboran chacinas y embutidos. Algunos de sus platos típicos son: berza, gazpacho, sopa de espárragos trigueros, potaje y guisos de caza menor.
De su repostería tradicional cabe destacar los roscos blancos, el pionono, petisú o el "cuerno" y carne de membrillo.
Artesanía:
Se mantiene la tradición guarnicionera reflejada en la actualidad en el trabajo de excelentes artesanos. La marroquinería es una actividad que ocupa a una parte importante de la población activa en Villamartín. Se realizan multitud de trabajos de excelente calidad en piel. Bolsos, carteras, maletines o juegos de escritorios. Por meritos propios las cerámicas de Villamartín pueden ser consideradas una marca y garantía de calidad.