En el Mercado de Abastos de Villamartín desprende olor a pescaíto frito (que te lo sirven en papelones), a buenas carnes de caza, a las frutas y verduras más frescas, todo ello mezclado con el bullicio y trasiego de personas que hacen saber al visitante que llega a la plaza Alta de Villamartín, que el Mercado de Abastos sigue a pleno rendimiento, tal como fue concebido en sus orígenes: un mercado en el corazón de este precioso pueblo.