Llegó el momento en el que DC Cómics planta cara al monopolio Marvel, sacando toda su artillería pesada a modo de secuela de ese “Hombre de acero” que revitalizó hace tres años al superhéroe de Krypton, tras vivir estigmatizado durante décadas por el enorme impacto del llorado Christopher Reeve. Henry Cavill convenció como Superman en un más que interesante film y la Warner dio luz verde a su proyecto más esperado.
Pero no nos equivoquemos, ya que el gran descubrimiento de esta propuesta –y el mayor temor de los fans al conocerse el proyecto- es un Ben Affleck que compone satisfactoriamente un hombre murciélago vengativo y oscuro como no se había visto antes, cogiendo valientemente el testigo del gran trabajo realizado por Christian Bale. Parece que con el paso de los años Affleck, con la madurez que le otorga su breve pero magnífica carrera como realizador, ha ido abandonando su imagen blandengue y poco carismática para defenderse como un intérprete solvente dispuesto a afrontar empresas complicadas… y ésta lo era.
Con una media hora inicial que ya se encuentra entre lo mejorcito del género en toda su historia el film apuesta por la solemnidad y la trascendencia, muy lejana de aquellas coloridas y algo ingenuas –pero encantadoras e inolvidables- películas de los Salkind. Zack Snyder, con su personal sentido del espectáculo, consigue enganchar al espectador con una trama enrevesada y en ocasiones difusa pero visualmente impactante. Aporta a Superman una satisfactoria aura mesiánica y al caballero oscuro una dimensión obsesiva que se aleja de la reciente y brillante trilogía de Nolan.
Y justo cuando parecía que el film se perdía para no volver jamás, llegó el momento de sentar al espectador en la esperada montaña rusa y ahí alcanza el punto que el público desea al visionar un film de este tipo. Los momentos espectaculares no defraudan, siendo consecuentes con el universo de los personajes, consiguiendo revivir un género que ya estaba dando muestras de cansancio tras la deplorable “Era de Ultrón”.
Aquí no hay marchas épicas de John Williams, ni tenemos villanos célebres al estilo de Gene Hackman –aunque Jesse Eisenberg está realmente afortunado en la piel de este peculiar Lex Luthor- o Heath Ledger, pero cumple las expectativas. Opta por la acción pura y dura antes que por tratados filosóficos sobre la violencia y la maldad. Como inicio de una nueva saga tiene mis bendiciones, al menos espero las futuras secuelas con mayor interés que la de sus colegas de Marvel.
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Crítica por Andrés Martín
