El gran peligro de las redes sociales hoy en día es que una mentira, a base de repetirla hasta la saciedad, se convierte en algo creíble. El desproporcionado linchamiento que ha recibido este “remake” del clásico de 1984 durante los últimos meses se ha convertido en una injusticia hacia un producto que, después de su visionado, merece pocas críticas.
Aquellos que la denostaban – o siguen despedazándola- sin haberla visto, deberían recordar que en su momento no hubo tercera entrega de la saga porque la segunda fue un fiasco artístico y comercial. ¿O acaso nadie recuerda lo tremendamente aburrida que fue “Cazafantasmas II” en 1989?.
La “Cazafantasmas” original es un film adorado por varias generaciones y que poseía el encanto de los mejores films de esa inigualable década de los 80. Pero hay que reconocer que esta nueva versión está a la altura de las circunstancias.
Ante todo hay que tener en cuenta y respetar esa maravillosa vis cómica que poseen Kristen Wiig y Melissa McCarthy, auténtico epicentro de la película. Ambas llevan demostrando durante el último lustro que son de lo mejor de la comedia americana en mucho tiempo. Y con este inmejorable punto de partida se puede disfrutar muchísimo de un producto honesto, desinhibido, fresco y, sobre todo, respetuoso con su célebre referente. Estas nuevas “Cazafantasmas” proponen un divertido espectáculo plagado de guiños al espectador y de referencias cinéfilas. También resulta saludable disfrutar los homenajes en forma de cameos de gran parte del reparto original.
El film es un disfrutable juego que engancha al espectador que se deja los prejuicios en la puerta. No se puede competir con nuestros recuerdos de niñez o juventud, del mismo modo que ninguna nueva “Star Wars” se disfrutará como lo hicimos con “El imperio contraataca” o Spielberg jamás podrá transportarnos de nuevo al Indiana Jones de los 80.
“Cazafantasmas” es una propuesta que merece una oportunidad. Véanla y no se arrepentirán.
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Crítica por Andrés Martín
