Ciertas películas sufren el hándicap de estrenarse en el momento menos adecuado, cuando el público percibe que ya no puede aportarse nada nuevo e interesante sobre una temática concreta. El gran lastre de este film es su inevitable referente en forma de magnífica serie de televisión… “Narcos” es tan poderosa y absorbente que todo languidece a su alrededor.
Sin embargo, el otrora gran cineasta Fernando León de Aranoa se atreve contra el más que probable hastío de productos sobre Pablo Escobar y decide sacrificar el estilo en pos de entregar el producto al buen hacer de sus estrellas principales.
“Loving Pablo” es Javier Bardem, con permiso de una magnífica Penélope Cruz. Su retrato del narcotraficante resulta imponente y subyugante, un torrente interpretativo que disimula las evidentes carencias de un film narrado con escaso nervio pero que con él se convierte en terriblemente entretenido. Es imposible apartar la mirada de un actor monumental que acomete con tremenda profesionalidad un proyecto que nacía muerto a nivel comercial.
¿Y existe vida más allá de Bardem y Cruz?... pues, para ser justos, sí. A pesar de la desgana y la falta de personalidad de Aranoa el film se deja ver con interés aunque por momentos se acerque al folletín televisivo.
Este film no pasará a la historia, ni honestamente lo pretende, pero con tal de ver a Bardem desplegando su poderío ya merece la pena invertir un par de horas. Sí, a pesar de los lógicos prejuicios, esta cinta merece una oportunidad.
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Crítica por Andrés Martín
