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Vejer: pequeño, coqueto y acogedor

Vejer es uno de los llamados 'Pueblos Blancos de Andalucía', pequeño, coqueto y acogedor. Una población en la que se aúnan locales y tradicionales ciudadanos y emigrantes de otras latitudes del mundo que se han instalado allá buscando un remanso de calma. Pasear y perderse por sus calles estrechas es un auténtico placer y son cientos las imágenes peculiares y típicas con las que toparse tras cada esquina. Rincones especiales, geranios en los balcones, patios bien cuidados y no pocas tabernas donde beber un buen vino.

Varias pedanías no menos especiales circundan Vejer, como La Muela, donde se encuentra el que quizás sea el más recomendable alojamiento de la zona (llamada Costa de la Luz): Casa Montecote, sobre todo para los amantes de la naturaleza y la calma. Porque naturaleza, en Vejer y todo su entorno, hay en abundancia y para todos los gustos. Aunque está a unos diez kilómetros, pertenece a Vejer una de las playas más hermosas de Andalucía: El Palmar. Un trecho costero de fina arena amarilla y bien cuidada, de paseos interminables y en partes de la cual está permitido el nudismo. Una playa que en verano está copada de turistas pero que, por su tamaño, permite mantener la independencia e intimidad sin el agobio de tener la sombrilla del vecino encima. También se encuentran muchos alojamientos, bares, chiringuitos, restaurantes y pubs junto a la playa, y en los que suele haber música en directo con asiduidad. 

Porque Vejer es un lugar inundado de música. Sobre todo en verano, donde hay multitud de conciertos en bares, pubs y en la calle misma. Son muchas las bandas locales y visitantes, y todas con mucho interés por tocar. Sin duda, para los que tengan ganas de escuchar música y de bailar, éste es un gran lugar. Tampoco falta la posibilidad de hacer deportes al aire libre como el surf, parapente, trekking o pasear por medio del bosque. Con cierta facilidad y por un precio no muy caro es posible disfrutar de todas estas actividades. Ver programación

MONUMENTOS HASTA EN LA MESA

Sin embargo, una vez en Vejer, lo que no hay que perderse por nada del mundo son sus monumentos y plazas. La de España es quizás la más emblemática, con una magnífica fuente en el centro y en la que se aglutina gran parte de la vida de la localidad. Caminar por el paseo de La Corredera es igualmente una delicia, sobre todo a la caída del día: desde allí se puede contemplar una de las puestas de sol más hermosas del mundo. Se trata de un mirador desde el que se ve la comarca al completo. El castillo de Vejer es, igualmente, uno de los lugares más recomendables, así como la Torre del Mayorazgo, con dos patios increíbles rodeados de jazmines blancos y un torreón desde el que se avista el pueblo y la playa.

Otro de los fuertes en Vejer es la artesanía en todas sus facetas. Su gastronomía, muy típica, aúna los sabores del monte (la vaca retinta y el logo en manteca) con los provenientes de los frutos del mar: sin duda, lo mejor es el atún de almadraba: un manjar para el deleite de sibaritas paladares. Vejer es uno de esos lugares maravillosos por descubrir y en el que a todos les surge el deseo de quedarse a vivir.

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