Es una de las mejor consideradas del litoral de Cádiz, tanto por su entorno paisajístico como por las posibilidades que ofrece para la práctica de deportes náuticos y buceo. De sus características lo que más destaca son las grandes formaciones de dunas, que parecen incluso grandes montañas de arena dorada y fina. Subir hasta lo más alto puede resultar cansado, aunque hay algunos tramos en que la arena está dura y muy compacta, lo que facilita la ascensión. Vale la pena alcanzar la cima, por la sensación que puede experimentarse en lo alto, como si se tratase de un lugar imposible donde se juntan el mar, el desierto, el bosque y la montaña.
La playa es ancha y casi supera los 5 Kms. de longitud. Presenta en la orilla algunos salientes rocosos que se prolongan bajo las aguas, sobre todo en los extremos oriental y occidental, pero que no entrañan ningún peligro. El conjunto de equipamientos y servicios es muy completo. El parking está situado al lado de la desembocadura del río del Valle, y se accede hasta él por un sendero que enlaza con la carretera CA-222.
Desde la N-340 hay otros accesos a lo largo de la ensenada. La playa cuenta también con una torre de vigilancia de la Cruz Roja y banderas de señalización de peligro, una ambulancia y una lancha de salvamento. No faltan tampoco los lavabos móviles, las duchas y los vestuarios, un chiringuito permanente y otros tres de temporada.
La zona está comunicada con la punta Paloma, Tarifa y Bolonia mediante una línea de autobuses.