Desde 1838, se envejecen los vinos de Jerez por el tradicional sistema de criaderas y soleras. Era una bodega de "crianza y expedición", es decir, vendía toda su producción a otras bodegas. En 1998 decidió embotellar sus propios vinos y crear sus propias marcas que gozan hoy de gran prestigio nacional e internacional en el sector gourmet. La gran particularidad de la Bodega es su situación a orillas del río Guadalete. Destacable es su arquitectura (catedral), sala de degustación con video y degustación de vinos. Posibilidad de concertar flamenco.