El nuevo Teatro Miguel Mihura Álvarez ocupa el solar de la iglesia del desaparecido Convento de San Francisco del siglo XVII, modificado en 1852 para convertirse en teatro. En 2001 la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía convoca un concurso de ideas ganado por los arquitectos Pedro Caro González y Frank Mazarella, cuya propuesta aprovecha los muros, bóvedas y hornacinas de la antigua iglesia para crear un gran vestíbulo de varias alturas con iluminación central, haciéndoles recobrar su protagonismo.
El proyecto modifica la distribución del anterior teatro, girándola 180 grados, lo que permite utilizar el escenario como apoyo a las actividades exteriores de la plaza mediante la apertura de grandes puertas que dan a la escena y convierte su torre en gran pantalla de cine al aire libre, transformando este lugar en un nuevo espacio público que revitaliza el área. El estudio arqueológico realizado durante la obre revela que el nivel original de la iglesia se encuentra a un nivel más bajo de lo previsto, lo que permite la creación de una entreplanta con una sala de exposiciones que se asoma a la antigua cripta.
El patio de butacas, con aforo de 325 espectadores, ha sido revestido de paneles de madera escalonados para facilitar la difusión del sonido. El carácter polivalente de esta sala permite dotarla de iluminación natural mediante la apertura de grandes portalones ocultos en el revestimiento de lateral norte.
El teatro se complementa con terrazas exteriores que acogen actividades paralelas, permitiendo al público recorrer el edificio en toda su altura. La terraza cubierta enmarca diversos aspectos del entorno urbano y se ofrece como espacio para recepciones. Desde ahí se accede a un mirador que permite disfrutar de impresionates vistas sobre la campiña gaditana.
