El Conde O´Reilly, gobernador de Cádiz a finales del siglo XVIII, impulsó la construcción del barrio de San Carlos. Esta empresa urbanística permitió aplicar unitariamente los principios ilustrados a todo este sector de la ciudad, dónde quedan plasmados algunos principios renovadores, que años más tarde, en 1797, se convertirán en las primeras ordenanzas municipales.
En todo el barrio se busca la armonía y uniformidad de las proporciones, tanto en la estructura de cada uno de los edificios como en su relación con el resto de construcciones, usando para ello fuentes clásicas, huyendo de cualquier recurso barroco.
Fuente: Ayuntamiento de Cádiz