El Centro de Interpretación "El Puerto de los Cargadores a Indias" tiene su sede en la Casa-Palacio de Juan de Aranibar y tiene como finalidad dar a conocer una realidad de El Puerto de Santa María surgida a raíz del descubrimiento de América y que tiene su fin con el proceso de la pérdida de las colonias americanas a comienzo del siglo XIX. Por tanto, recoge un periodo histórico de la ciudad de más de 300 años y en el que los factores socio-económicos y sociales tuvieron su reflejo en la sociedad.
El Centro de Interpretación "El Puerto de los Cargadores a Indias" es un nuevo espacio cultural que cuenta con un amplio contenido documental, expositivo y tecnológico adaptado a todos los públicos y que viene a contribuir al conocimiento de buena parte de la historia de El Puerto de Santa María, concretamente, los siglos XV al XIX y que contribuirá a la dinamización de la actividad turística-cultural del Centro Histórico, de la ciudad y de las poblaciones vecinas.
La estructura de este Palacio, construido en 1660, ha servido de base para diseñar el proyecto museológico del Centro de Interpretación. Un lugar donde poder conocer los hechos ocurridos en la ciudad previos al descubrimiento de América, quiénes eran los Cargadores a Indias, el comercio con ultramar, los sistemas de navegación y la arquitectura, tan singular, que surge a raíz de la presencia de estos nobles y ricos comerciantes en El Puerto, así como, las recreaciones de antiguas estancias del palacio nos trasladará a una auténtica Casa de Cargadores a Indias del siglo XVII.
Un espacio diseñado y concebido con el objetivo de dar a conocer la arquitectura tan singular de estas Casas-Palacio de Cargadores a Indias, así como, la gran transformación que vivió la ciudad a raíz del descubrimiento de América. Una etapa expositiva que finaliza con la pérdida de las colonias americanas y el fin del monopolio, a comienzos del siglo XIX. Un periodo histórico de más de 300 años en el que los cambios socio-económicos, políticos y culturales tuvieron su reflejo en el paisaje urbano, arquitectónico y en el esplendor artístico que vivió la ciudad, en parte, gracias al impulso de una rica y poderosa clase social: los Cargadores a Indias que contribuyeron, con su actividad económica y de mecenazgo en dotar de un importante legado patrimonial a la Ciudad de los Cien Palacios.
Las Casas-Palacio de Cargadores a Indias
Tras el descubrimiento de América, la actividad comercial se convirtió en el motor de desarrollo económico de la Bahía de Cádiz, hecho reconocido posteriormente con el traslado de la cabecera de flota a Indias en 1680 y en 1717 de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz.
Sería el creciente y próspero comercio colonial lo que atrajo a ricos comerciantes, llegados principalmente de Cantabria, Navarra, País Vasco y extranjeros -italianos, flamencos, entre otros, los conocidos como Cargadores a Indias. Un poderoso grupo económico, social y, en algunos casos, político, cuya presencia y actividad mercantil llevó a cambiar el paisaje urbano.
Con ellos El Puerto pasaría a convertirse en una importante ciudad portuaria y comercial, contribuyendo, gracias a su estatus social, riqueza y poder político al ennoblecimiento de la ciudad y a la profunda transformación urbana que vivió El Puerto entre los siglos XVII y XVIII y que dejó su impronta en las singulares Casa-Palacio, conocidas como de Cargadores a Indias.
Un modelo de casa-palacio que ha trascendido en el tiempo por arquitectura, decoración y proliferación en el tejido urbano, hasta conocerse popularmente, El Puerto, como la "La ciudad de los cien palacios"
Arquitectura singular de una Casa de Cargadores
DISTRIBUCIÓN, ESTRUCTURA Y FUNCIONES
Las Casas de Cargadores a Indias se distribuían en torno a un patio central porticado y se estructuraban en tres plantas, más una de entresuelo.
Se distinguía por su triple función: vivienda, almacén y oficina:
En planta baja: almacenes, entrada de carruajes y otras dependencias.
Entreplanta: oficina y zona de almacenaje
Segunda planta: vivienda familiar
Tercera planta: zona de servicio
Se emplearon materiales nobles para su construcción:
Piedra arenisca (extraída de la cercana Sierra de San Cristóbal), mármoles italianos y maderas exóticas traidas de América.
Y para su decoración:
Azulejos en zócalos y techos, pinturas murales, forja….