La Plaza de San José fue construida en el muro izquierdo de la iglesia del mismo nombre, de planta cuadrada, que alberga el monumento a San Martín.
Está construida sobre una pequeña ermita de extramuros dedicada a San José, que se utilizaba a principios del XVII, para la última plegaria antes de emprender viaje y para penitencias públicas. En torno a esta capilla se fue formando un núcleo de población suficientemente amplio como para que en 1780 se comenzara la ejecución de una iglesia.